Sin obviar el carácter determinante y su cuestionable naturaleza al interior de sus procesos e intenciones de facto, estos términos de ¨tecno–burocracia¨ y de ¨poder político¨resumen variadas y complejas implicaciones que se advierten no sólo en el funcionamiento público del estado, sino de igual manera en su contexto económico y social.
Los resultado de la crisis que actualmente vive el mundo occidental, por demás magnificada por causa de la desvalorización de principios éticos y morales, han argumentado la emergencia de una tecno–burocracia que, en su gestión, ha intentado distintas fórmulas para ¨evitar¨o ¨reducir¨ los efectos de tan convulsionada situación. sin emabrgo, en su devenir ha mostrado ciertas actitudes que, en repetidos momentos, han antagonizado posiciones y criterios democráticos a conveniencia y consecuencia del mismo poder político en el cual se apoya. desde lueg que en ello ha primado una relación ¨simbiótica¨–implícita pero amplia– con tan importante expresión de poder.
